martes, 12 de noviembre de 2013

Sexo y amor: 




      Ahora mismo la palabra sexo sugiere progreso, libertad, diversión, placer. Ya no se queda en la intimidad, se exhibe de puertas afuera. Ya no queda reservado para el matrimonio, eso es antiguo, tener relaciones sexuales se ve como un paso más hacia el progreso.

     Vivimos en una sociedad que continuamente recibe estímulos sexuales por parte de la televisión, la publicidad, internet, etc. En la que se exhibe a la mujer como un objeto de placer. Y cuando una sociedad denigra a la mujer ocurre lo que actualmente vemos.

     Cada vez los jóvenes comienzan antes a mantener relaciones sexuales, los divorcios aumentan a una velocidad vertiginosa, la virginidad se considera rareza para los que superan la edad del pavo “sin haber pillado”. Ahora solo hace falta llevar un tiempo con alguien y gustarse para acostarse. Y qué decir de los ligues de una noche, donde lo único que se busca es la satisfacción sexual, el mero placer.

     Es triste ver que la juventud de hoy en día no busca nada serio, solo vivir el momento, no quieren compromisos. Aunque en el fondo quieren a alguien que les quiera para toda la vida, no son conscientes de que luego será demasiado tarde. Confunden amor con sexo, no digo que no estén relacionados, pero necesitan un orden.

 El problema no solo es de los jóvenes, parte de culpa tiene también el Estado, que legaliza medios para poder reducir en la medida de lo posible los efectos que llevan consigo las relaciones sexuales, ya que se tienen que tomar medidas para que los actos no tengan efectos secundarios. Me parece contradictorio que una sociedad que impulsa a tener relaciones sexuales y convierte a la mujer en un objeto sexual, luego aplique leyes para defender los efectos que el Estado mismo promueve.

 Las consecuencias están a la vista, se incrementan las agresiones, incluso a menores, vale todo con tal de obtener placer sexual. “Matrimonio” entre personas del mismo sexo, embarazos interrumpidos en niñas que no llegan ni a la mayoría de edad y tantas otras cosas que desgraciadamente se ven a diario en los medios de comunicación.

     Estos comportamientos acarrean, en primer lugar, la denigración de la mujer, y segundo, atentan contra la familia. La mujer ha perdido su identidad, y esto lleva consigo la caída de la familia. Un pilar básico para la sociedad, ya que si no hay familia, no hay sociedad.

     Entristece ver las vidas que llevan algunas personas que, asombrosamente, no solo son jóvenes, si no también adultos. Parecen “animalicos” que se dejan llevar por sus instintos, que ven a las mujeres como un simple cuerpo. La visión de hombre y mujer ha cambiado en esta última década. Antes el hombre era admirado por su caballerosidad, el respeto que tenia hacia la mujer, ahora parece un depredador, y no solo él, sino también muchos comportamientos de las mujeres se asemejan. Se cae en una espiral de vicio, que conlleva tantas y tantas desgracias para la persona y la sociedad.


     Ahora las mujeres se exhiben, mostrando sus dotes femeninas, como si vendiesen algo. Quieren causar sensación en los hombres, es su manera de que se fijen en ellas. No se dan cuenta de que el hombre las ve como un objeto, como un cuerpo, no como una persona. Luego ellas se quejan de que no se les respeta y no son tratadas correctamente, se quejan de que las abandonan. Esto no me extraña ya que si te quieren por tu cuerpo, siempre habrá uno mejor que el tuyo.



     En el fondo un hombre no quiere a una mujer fácil, no es tonto, quiere una para él solo. La mujer se tiene que hacer respetar y en la medida que lo haga atraerá a hombres que le valoren por lo que es, no por lo que enseña y tiene.

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